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Hola persona viajera lowcosera.
En este artículo te contaremos cómo logramos ir desde Valladolid-España hasta Milán-Italia, solo con 75 euros cada una. Te daremos algunos datos para viajar low cost y te contaremos cómo puedes sacarle el máximo provecho a tus viajes sin gastar mucho dinero y sin perderte los principales atractivos de la ciudad.
Nuestro viaje a Milano fue una de esas oportunidades que te da la vida de ir a un lugar al que no soñabas ir, que tampoco es que te llamara mucho la atención, pero si no vas ahora quizá nunca lo conozcas.
Todo esto partió porque Samuel, un amigo español, nos dijo que teníamos que ir a Barcelona antes de irnos de España, que molaba mucho.
Avión full low cost
Logramos coger unos pasajes de avión full low cost, desde el aeropuerto de Valladolid hasta Barcelona por 10 euros.
Las veces que habíamos cogido un vuelo antes, necesariamente teníamos que ir desde Valladolid hasta Madrid en autobus para poder salir de España.
Y solo ese trayecto nos costaba 30 euros ida y vuelta a cada una.
Verás tu, tremenda sorpresa que nos llevamos al encontrar un vuelo barato desde Valladolid a algún lugar donde sea del mundo.
¡Más sorpresa aún encontrar el pasaje desde Barcelona a Milán por 10 euros!
La verdad es que no teníamos planeado ir a Milán (nuestro viaje era a Barcelona) pero Ryanair nos envió un correo con ofertas de vuelos y el pasaje a Milán estaba muy barato, así que simplemente decidimos cogerlo.
Joder, que nos costó en total 20 euros ir a Milán y 20 euros volver.
Bueno, eso sin sumar los autobuses para llegar y salir de los aeropuertos, la comida, bebidas, cerveza y pizza (obvio que si estás en Italia tienes que comer una pizza ¿no?)
Autobuses
Si viajas en avión tienes que considerar la salida del aeropuerto a la ciudad que visitas. Para ello existen diversas formas de movilizarte y varían de acuerdo al país.
Para salir de Valladolid cogimos el autobus de la línea Linecar desde el terminal de buses de Valladolid hasta el aeropuerto VillaNubla, que nos costó 1,8 euros a cada una, ida y vuelta 3,6 euros, en un trayecto que dura aproximadamente 30 minutos.
Nuestro vuelo de Barcelona llegó al aeropuerto de Bérgamo y ahí cogimos un autobus que nos dejó a lado de la estación central de trenes Milano Centrale, en un trayecto que duró alrededor de 1 hora. El valor de este boleto es de 8 euros ida, pero lo compramos online a través del móvil y nos costó 6 euros (cada euro cuenta en un viaje low cost). Ida y vuelta 12 euros a cada una.
Alojamiento
Para viajar utilizamos la plataforma couchsurfing. La puedes usar desde una portátil o del móvil. Básicamente te alojas gratis en la casa de una persona que vive en la ciudad que visitas, quién será tu host.
Nos encanta esta forma de viajar porque así conoces las ciudades con alguien que sabe del lugar, a veces te sacan a pasear o te dan datos de qué visitar, dónde comer y cómo moverte mejor y más barato.
Viajando de esta forma conoces personas que de otro modo no te cruzarías en tu vida y generas lazos con personas de todo el mundo.
Es una gran a ayuda para viajar con poco dinero.
Podrrmos hablar mucho más de esta plataforma…
de hecho, hemos escrito un artículo donde te contamos en profundidad como ser parte de Couchsurfing.
Al final te compartimos el enlace 🙂
En total nos costó a cada una 35,6 € movilizarnos desde nuestro piso en Valladolid hasta la casa de nuestro host en Milán.
Ya sabiendo cómo vas a llegar y dónde te vas a quedar, solo queda preocuparse por qué comer y qué visitar.
¡Un momento!
¿Y cómo te mueves dentro de una ciudad tan grande SIN GASTAR UN DURO?
C-A-M-I-N-A-R
Desde la estación Milano Centrale hasta la casa de Filippo nos demoramos caminando alrededor de 1 hora.
Y durante toda nuestra estadía en Milán, recorrimos la ciudad caminando. Los lugares turísticos y que son interesantes de visitar se pueden recorrer perfectamente a pie.
Así que notaras que es MUY IMPORTANTE viajar con una mochila pequeña y cargando solo lo indispensable.
Ryanair te permite llevar un bolso de mano arriba del avión con tu pasaje low cost, lo que ayuda a abaratar bastante el costo del pasaje. Y además puedes subir con una bolsa de plástico (no te pases…trata de no llenarla mucho para que no te hagan facturarla).
Si viajamos por un fin de semana low cost, la idea es ir con muy poco peso para poder moverte con tranquilidad, sin preocuparte de dónde dejarás la mochila y que ésta no te pese en los trayectos que caminas.
Los 16 lugares que conocimos sin gastar dinero
Caminando a la casa de nuestro host nos encontramos con el Castello Sforzesco, a primera vista se ve una construcción de grandes murallas de piedra que recuerdan las imágenes que nos han enseñado de la edad media… ¡oh, mira un castillo!, tiene el puente que se baja y se sube y hasta el “lago” donde viven los cocodrilos (sin agua, claro… y sin cocodrilos).
Se demoraron 139 años en construirlo, por ahí por el siglo 15. Actualmente tiene museos dentro (que no entramos) cuyos valores de ingreso son desconocidos.
A un costado del castillo hay un parque grandote, el Parco Sempione. Es un buen lugar para descansar de las caminatas y comer un bocadillo. Algo que nos llamó la atención fue que una noche pasamos caminando y habían grupos de negros vendiendo droga, suena super estereotipado, por eso mismo nos llamó la atención. Nos dijeron “¿DRUGS?”
Por el otro lado del parque está el Arco Della Pace, una construcción… un arco… es imposible no verlo. La verdad a nosotras no nos llama mucho la atención estas construcciones pero es bien espectacular y te puedes tomar unas fotografías molonas.
Así fue como llegamos a Milán y comenzamos a conocer la ciudad sin ningún plan, salvo llegar a la casa de nuestro host.
Como no teníamos planes, Filippo nos hizo un mapa para conocer la ciudad. Así que el segundo día seguimos el recorrido que nos recomendó.
El segundo día partimos recorriendo desde el Arco di Porta Ticinese, una de las tres puertas medievales que aún existen en la ciudad de Milán. Fue construida en el siglo 16 y demolida en el siglo 19 para ser reemplazada por otra estructura, hoy considerada una de los destacadas construcciones de la arquitectura neoclásica de Milán.
Unos beneficios que tiene caminar es que te encuentras con “cosas curiosas” que no están en las típicas guías turísticas.
Fue así como conocimos la Basilica di Sant’Eustorgio y tuvimos el placer de asistir a una misa en italiano (La grazia del Signore nostro Gesù Cristo, l’amore). Bueno, al menos a un trozo de la misa, que hay otros lugares por ver.
No teníamos ni idea que era conocida por ser parada de los peregrinos que iba en viaje a Roma o Tierra Santa, por la creencia de que en su interior se encontraba la tumba de nada más y nada menos que… los Tres Reyes Magos.
Y fue así también como nos encontramos con il Muro delle Bambole (The wall of the dolls, o el muro de las muñecas). Una exposición callejera que denuncia los femicidios en el mundo y llama la atención sobre el (mal)trato hacia las mujeres. Es imposible no detenerse a ver las muñecas colgadas cuando caminas por ahí y es extraño ver el símbolo infantil de la alegría destrozado en un muro.
Continuando con el recorrido que nos dio Filippo, seguimos hasta la infaltable catedral, Le Duomo di Milano, cuyo ingreso se pagaba. Como se escapaba de nuestro presupuesto (no me digas) solo la vimos por fuera (como muchas de las arquitecturas caras de estas tierras que se llenan y super llenan de turistas).
Algo muy particular de esta catedral gótica es que habían unos guardias full seguridad en la entrada registrándote y un detector de metales antes de ingresar -a ese toque- Puedes entrar y subir a las torres, para tomarte unas fotos chulísimas allá arriba (eso se cobra a parte).
A un costado de la catedral está la Galeria Vottorio Emanuelle II. Tiene una altura impresionante con un techo de vidrio que solo se aprecia desde su interior. Es una galería comercial del siglo 19, que funciona actualmente. Si tienes suerte puedes encontrarte con algo tan particular como una pareja vestida de novios en una sesión de fotografía (el zorro cree que eran modelos, la javi cree que eran una pareja real).
Muy cerca se encuentra el Quadrilatero della Moda, sector famosísimo por las tiendas hiper lujosas, que hacen de Milán conocida como la ciudad de la moda.
El atractivo lowcosero de este lugar para alguien como nosotras es ir a ver los precios y solo ir a ver los precios (no me digas). Es impactante lo caro que son los productos que venden, onda todo, joyas, ropa, zapatos, adornos. Podríamos vivir un par años con lo que cuesta un par de guantes. Y la seguridad llama mucho la atención, unos tipos grandes y muy grandes, que imponen mucho respeto pero no asustan.
Siguiendo el mapa de Filippo llegamos al Orto Botanico di Brera, un pequeño jardín ideal para descansar de la caminata, beber un poco de agua y tomar solcito. Las personas iban a este lugar a comer su almuerzo y está prohibido fumar en su interior.
La Javi tenía todo el hambre del mundo en este momento, pues ya hace varias horas que veníamos caminando y recorriendo lugares, por lo que decidimos ir a comer unos pancitos al Parco Sempione, donde terminaba el recorrido hecho por nuestro host.
Ya con la guatita llena y con mucho sueño fuimos a buscar un café y fue así como llegamos a Chinatown, el lugar perfecto para los viajeros low cost. Se notaba a distancia que tenía que ver con los Chinos por los clásicos adornos.
Con el cuerpo un poco más tirado a la cafeína comenzamos a caminar sin un rumbo claro hasta llegar al Cimitero Monumentale. El cementerio que es un museo al aire libre, de esculturas sobre las tumbas.
Es heavy la visita y te lo puedes pasear su buen rato sorprendiéndote con la particularidad de las esculturas y las diversas representaciones de los muertos.
Así se nos fue nuestro segundo día en Milán. Caminamos de vuelta a la casa de Filippo para cenar y descansar.
En nuestro último día nos despedimos de Filippo quien nos recomendó usar el metro para desplazarnos, pero como el bolsillo es low cost y nos gusta caminar, seguimos en la nuestra.
y ahora a dónde vamos….
Pues al estadio
¿Al estadio?
Si, la verdad no sabíamos que hacer ni adonde ir y el Zorro quería ir al estadio, a si que fuimos a ver el Stadio San Siro.
Para simular un clásico partido del Milan contra el Inter, bebimos unas cervezas fuera del estadio -literalmente afuera, onda en la calle-
Tratamos de ingresar a ver el estadio pero el Tour que venden estaba muy caro. Aun así te dejan entrar a la tienda de recuerdos (obvio) donde hay unas ventanas para ver el interior del estadio.
Lo más curioso de este lugar es que además de toda la chuchería que te venden, vendían semillas del pasto del San Siro por 10 euros.
No compramos las semillas, pero si nos llevamos un cuaderno oficial del Milan por 2.5 euros para comprar lo mas barato que había.
¿y ahora qué?
pues veamos google maps…
Junto al estadio se encuentra el Ippodromo Snai San Siro. No estaban corriendo los caballos, pero pudimos ingresar a un parquecito en la entrada.
En este lugar se puede apreciar a un gigante de 8 metros de altura, el Cavallo Di Leonardo Da Vinci. Una creación que el mismísimo Leonardo Da Vinci comenzó por ahí por 1492. Quería hacer la escultura ecuestre (un hombre montado en un caballo) más grande del mundo, pero las euroguerras impidieron su realización. En 1999 la escultora Nina Akamu se basó en este trabajo y realizó solo el caballo.
Nos encontramos con la exhibición Leonardo Horse Project, 13 replicas de esta gran escultura, pintados de diversas temáticas por varios artistas.
Comenzamos a caminar para acercarnos a Milano Centrale y en el camino nos encontramos con City Life, un parque con un centro comercial muy moderno, que estaba lleno de gente y niños jugando. Es genial verlo desde lejos, quedas wooow, pero al acercarte te das cuenta que es un Mall cualquiera pero en Italia.
Volviendo a la caminata pasamos por Chinatown por un café, una cerveza y otra cerveza y otra cerveza y otra cerveza hasta que fue la hora de correr a Milano Centrale pues entre birra y birra se nos pasó un poco la hora.
De Milano Centrale fuimos al aeropuerto y volvimos a Barcelona-España.
Así recorrimos Milano.
Básicamente fue caminar, caminar, caminar, tomar cafés en miniatura, escuchar palabras con un simpático acento pronunciando las ies, italiani, panini, tostati, salati.
En todo lo que hemos mencionado no gastamos ni un euro, salvo en comer. Y hablando de comer….
Lugares que visitamos para comer
Hay dos lugares a los que fuimos por recomendación de Filippo.
La Pasticceria Clivati, para tomar el desayuno que nos costó 2,5 euros: un café expreso con un croissant para cada una.
(en el McDonald encuentras lo mismo por 1,8 euros
–aunque no es tan fino ni italiano-)
Y la pizzería Pizzium, donde fuimos a cenar el segundo día con Filippo. Esto fue lo más costoso que hicimos, cada pizza nos costó el pasaje en avión, 10 euros a cada una. Con esto hicimos el check de comer una verdadera pizza en Italia y más encima, con un italiano de verdad.
Lejos Chinatown es lo más barato que encontramos si de comer en un local se trata.
Encontramos el Cin Cin Bar, que vendía el café expreso a 1 euro y la cerveza típica italiana Birra Moretti de 660cl a 5 euros (que de noche viene con tapa de patatas fritas y pan con tomate).
Si estás dispuesta a gastar lo mínimo, no querer comprarlo todo, ni entrar a cada pizzeria ni bar que se te aparece, entonces puedes comer por poco dinero.
Aprovechando los locales que se ven más baratos, comprando en el supermercado y preparando tu propia comida.
- Que no te de vergüenza comer pan en la plaza.
- Los plátanos son buena fuente de energía.
- Los huevos duros apañan travesías.
Siempre esta parte de la comida va a depender de tus gustos y necesidades. Pero que no sea un impedimento para viajar low cost.
Palabras finales – un mensaje inspirador
En este viaje a Milán nos gastamos en total 75 euros cada una:
35,6 € de pasajes, 10 € de la pizza, 2,5 € desayuno italiano, 1,8 € desayuno McDonald, 14 € en supermercado (pan, hummus, queso, frutos secos, plátanos, huevos), 1 € café Chinatown, 10 € cerveza Chinatown.
Si tu interés es ir a la vida y conocer lo que venga, entonces tomar los vuelos low cost y gozar couchsurfing es una excelente manera de aprovechar para improvisar.
Algo genial fue que pudimos recorrer la ciudad desde la casa del host sin tomar ningún transporte público ni privado. Recuerda siempre que caminar es una buena forma de ahorrar y conocer.
Viajar no es sinónimo de comprar recuerdos, llaveros, imanes y weas innecesarias. La gente que te quiere no necesita esas cosas para ser feliz.
Así que dejad de gastar el dinero en cosas estúpidas. Siempre os podéis tomar una buena selfie y enviarla a la familia. Y podéis aprovechar ese dinero en compraros una buena birra.
Con todo esto, fue un viaje lo suficientemente increíble como para dejarnos enamoradas de Italia y con ganas de volver -no a Milán- sino que al sur, donde no es tan pijo y hace más calorcito.
Aquí te dejamos el enlace al artículo sobre Couchsurfing, donde te contamos en qué consiste Couchsurfing y cómo puedes hacerte parte de esta plataforma.
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Un abrazo.
Javiera y Rodrigo.
Fran dice
¡Menuda aventura! Me encanta hacer viajes así, aunque el tema del alojamiento no me inspira mucha confianza. Pero hacer un viaje como el vuestro por ese precio por lo menos merece la pena planteárselo.
Un saludo.
Javiera y Rodrigo dice
Vale, que alojar en la casa de un desconocido a primeras puede ser extraño. Al menos nosotras siempre hemos tenido buenas experiencias y usamos mucho couchsurfing para viajar. Así hemos conocido gente muy maja 😁
Un abrazo Fran!
isabel hernaiz dice
La aventura siempre es entretenida 🙂
Que fome no hubiera carreras de caballos, habría apostado por «Il Campeone» jjajajja
Chinatown, no falla 🙂
Javiera y Rodrigo dice
Los chinos están en todo el mundo y como dices tu nunca fallan 😉